La C bordeó la etiqueta, dejando que la tinta se escurriese
por la superficie de la caja, lamiendo sin pudor los intrincados dibujos que se
hundían en el metal. Con cierta dificultad, la tercera letra del abecedario se
unió a una O temblorosa y, esta a su vez, se engarzó a la R. Poco a poco, el
CORAZÓN se fue formando, con trazos infantiles, imprecisos, que parecían llenar
de inmadurez una destartalada caligrafía. A la apreciada Palabra, se le añadió
una descripción precisa sobre su tipología: HAMBRIENTO.
Un latido rebotó contra las paredes de su nueva jaula,
demostrando aquello que hacía mucho que los científicos más sádicos y sin
remordimientos habían descubierto, que un Corazón podía vivir fuera de su
carcasa humana, dentro de un líquido espeso, de composición secreta, al que se
le añadía parte de la Sangre de su antiguo Dueño, para que su Memoria
permaneciese intacta.
Un segundo <<Dum-lup>> reverberó feroz, agitando
el cofre, haciendo estremecer los engranajes que formaban la cerradura. Una
segunda palpitación que atrapó a Dorian desprevenido, mientras trataba de sacarse
del Cerebro, la Melodía de Vida Sin Vida que entonaba el Corazón Hambriento,
buscando la forma de escaparse de su prisión.
Ignorando el Cántico de Rebeldía, el Joven posó la mercancía
sobre el escritorio de estilo victoriano, alfombrado de antiguos manuscritos
indescifrables y viejos volúmenes cubiertos de polvo, sacados directamente del
Archivo de Historia Natural Mecánica. Con suavidad, introdujo la llave y la
giró, un anillo fabricado con mecanismos de relojería, con un rubí escarlata
que encajaba a la perfección en la cerradura. Tres “clics” después, le
confirmaron que el pequeño baúl ya no volvería a estar abierto hasta que un
Comprador pujase por sus Recuerdos.
Los Corazones Hambrientos eran difíciles de encontrar, pues
su aparente indefensión, nunca los convertían en un Riesgo a simple vista, a
pesar del halo de misterio que envolvía sus presencias. Sus Portadores solían
ser cándidos, embaucadores y seductores natos. Hombres y Mujeres que eran
adictos a verbos como hechizar, conquistar, fascinar o embobar, haciendo de la
Tentación su mayor virtud, pero también el mayor de los peligros.
Sobre las sábanas teñidas de sangre, un Profesor
Universitario, de aires bohemios, con su traje abierto en canal, acompañando
así a su tórax, respiraba con tranquilidad. Poco sabían sus Pulmones sobre el
abandono de su compañero de fatigas, nunca más volverían a compartir
confidencias, ni se estremecerían al unísono al rozar una piel femenina. Nunca
más volverían a sentir nada, nada más allá de las respuestas naturales del
cuerpo humano, ya que, tras el intercambio, el Alma ya no soñaría dentro de su
pecho. Su nuevo Corazón no le permitiría enamorarse, ni hacer amigos, mucho
menos seguir alimentándose de las Ilusiones que provocaban los Amantes como Él.
Su nuevo Corazón era frío, válvulas inoxidables, un músculo metálico que
bombearía sangre, engranajes que se moverían en su interior, haciendo chirriar
cada uno de sus latidos. Pero nada más. Aunque, al menos, podría seguir con sus
clases en la Facultad.
- Jamás se penetra por la fuerza en un corazón... - Porque Dorian discreparía de la Cita de Molière |
Un suspiró elevó los mechones pelirrojos del flequillo de
Dorian, mientras sus botas viraban sobre la alfombra. Su miraba ambarina se
posó sobre su Víctima con un ápice de remordiendo, pero solo uno, no se podía
permitir ni uno más. Danzó sobre la moqueta como un gran bailarín, elevando los
brazos, sujetando así a su acompañante imaginario. Giró y giró, tarareando una
cancioncilla de guardería, deslizándose como un experto, una y otra vez, una y
otra vez, hasta que se detuvo frente al Paciente.
- Es hora de suturar… - Una risita divertida
inundó la estancia, una risita muy suave, para no despertar la sospecha de los
vecinos del edificio. – A la Jefa no le gusta esperar…
No.
Era mejor así. Sonreír en la clandestinidad de la noche. Ser una Sombra y
desmontar aquel improvisado quirófano que había montado, en el bloque anexo a
la Facultad de Ciencias Naturales Mecánicas, donde todos los Profesores vivían,
donde nadie podía saber que, en el piso de un Doctor Bohemio, un Ladrón De
Órganos acababa de robar el Corazón y el Alma del más seductor de todos ellos.
Tras tres meses de seguimiento, Dorian tenía un increíble Corazón Hambriento.
Estupendo comienzo para tu nuevo relato largo, Campanilla!! La historia promete, veremos qué tienes preparado para nuestro deleite a base de letras :))
ResponderEliminarBesitos nocturnos!!
¡Aiiix! ¡Julia! *-*
EliminarTenía muchísimas ganas de hacer una Historia más larga, sé que es todo un gran reto para mí... ¡Y ando super mega emocionada! Porque, aunque no salga muy bien, yo voy a estar muuuuu orgullosa de mi "Mecánica Orgánica" #SeSabe
¡Besis Feroces! ;)
Muy bien Campanilla, me ganaste en tomar el reto de los relatos largos que aún no tengo ni uno :(, someday. Muy buen inicio, mi corazón late hambriento de la continuación. Kissotes.
ResponderEliminar¡Mendiel! ^w^
EliminarPues sí, es todo un gran reto hacer un relato más laaaaaaargo de lo que solemos hacer, peeeeero... ¡Hay que intentarlo! ¿Quién sabe? Quizás... ¡Hasta se nos dé bien! ¡Wiki!
Muchos más Corazones van a aparecer próximamente... Incluido el mío ;)
¡Besitines Mecánicos!
Muy bien Campanilla, me ganaste en tomar el reto de los relatos largos que aún no tengo ni uno :(, someday. Muy buen inicio, mi corazón late hambriento de la continuación. Kissotes.
ResponderEliminarMuy bien Campanilla, me ganaste en tomar el reto de los relatos largos que aún no tengo ni uno :(, someday. Muy buen inicio, mi corazón late hambriento de la continuación. Kissotes.
ResponderEliminarUmmm un corazón hambriento, ese quirófano clandestino, ese anillo... la historia promete. Deseando leer las siguiente partes. UN besillo Guapa.
ResponderEliminar¡María!
EliminarUn Corazón Hambriento... Me gustan los Corazones Hambrientos, porque son los más malotes ;P
Mucha clandestinidad y corrupción se va a respirar en los próximos capítulos... ¡Aiiix! ¡Solo espero no defraudaros con la Historia! Aunque debo reconocer que, a pesar de ser un Reto, me gusta muuuucho la Historia que está fluyendo por mis Neuronas... Las Musas están disfrutando de lo lindo ;)
¡Besitos Enormes!
Luego dices de mis relatos que rallan el coco... ¡Madre mía, Campanilla! Creas realidades paralelas a la nuestra, mundos oníricos, con personajes tan extraños y cualidades, objetos y tramas tan sensacionales que tengo que leer poco a poco, con máxima atención y releer según que frases e incluso estrofas enteras para entender lo que plasmas desde tu genial cabecita Feroz.
ResponderEliminarMe ha atrapado, mas necesito saber, una continuación que esclarezca mis dudas. Me ha fascinado tu Mecánica Orgánica.
¡Besazo de corazón Hambriento, Apañera! ;)
¡Sep! ¡Edgar! Tus Relatos rallan el Coco porque hay que leerlos en todas las direcciones posibles #SeSabe Y me encantan #TambiénSeSabe
EliminarCreo que... Creo que este Mundo va a ser algo sacado de una de esas mezclas extrañas que bailotean en mi Mente... En el próximo capi, tocará que sepáis dónde se sitúa la acción ;)
Dorian... ¡Ay! Dorian... Ese muchachuelo loco no sabe dónde se ha metido... Una peligrosa forma de ganarse la vida que debe ser compartida por la insensibilidad, porque sino... ¡Chiiiiis! ¡Me callo!
¡Aiiiix! Me encanta que te atrape. ¡Espero no defraudarte! ¡Apañero Letril! *-*
¡Besitos Mecánicos!
Un traficante de órganos! Un ladrón de sentimientos! Seguro que está basado en casos reales, sé de muchos que funcionan con un corazón de válvulas inoxidables. Ha sido un placer leer una idea tan original
ResponderEliminar¡Santiago!
EliminarTraficantes que comercian con Corazones... ¡Qué peligroso puede ser robarle el Corazón a alguien! ¡Y qué grandes precios se deberán pagar por ello!
No sé si está basado en algún caso real, lo que sí sé es que, si la Realidad fuera como en mi Relato, ya sé en qué bando estaría ;P
¡Besines Grandes!