- Ave María Purísima...
- Sin Pecado Concebida.
- Padre...
- No tengas miedo, Hija... ¿Qué te
aflige?
- Padre... He pecado de Pensamiento,
Palabra, Obra y Omisión.
- ¡Dios Bendito! ¿Cómo es
posible?
- Padre... Mis Pensamientos se han
tornado Fuego. Y nada puede aplacar el Infierno que los seduce. Las
Fantasías que mi Mente dibuja en SUS Horas en Blanco, se hunden en
mis entrañas, traspasan toda coraza impuesta por la Pureza, hasta
rozar mi Intimidad con la suavidad de una Caricia más que
deseada... Trato de refrenar todos mis Impulsos, mantenerlos
doblegados bajo el amparo de la Fe... Sin embargo...
- Sin embargo...
- Sin embargo, Padre... También
peco de Palabra... Dicen que tengo un don, que tengo el Don de la
Palabra... Dicen que las Sílabas se me enredan en la Lengua, que
díscola como una culebrilla traviesa, es capaz de cometer
traición... Con morbosa alevosía, engaña a toda Divinidad
Superior, aliándose con la Carne. Mi Voz se vuelve Lujuria... Y la
Lascivia se torna Abecedario invisible sobre la Piel que cincelo a
golpe de Letra, dejando mensajes en SU cuerpo desnudo...
El Joven Sacerdote tragó saliva,
ocultando sus mejillas sonrojadas, evitando que la Timidez y el
Anhelo se estampasen contra el rostro de la Tentación y el Pecado
hecho Mujer.
- Padre... Y de Obra... He pecado de
Obra... He dejado un rastro de Muerdos juguetones sobre sus Piernas,
pues, como Hansel y Gretel con sus miguitas de pan, siempre quiero
volver al Paraíso que se encuentra bajo el ombligo. Un caminito
regado por Lametones y Besos revoltosos... He tocado el Cielo con la
punta de mis dedos y he provocado la caída del más Hermoso de sus
Ángeles Terrenales. Por propia voluntad, se ha entregado a mis
Deseos, rebuscando entre sus Placeres... Hemos sido uno. Un único
Ser. En Cuerpo. En Alma. En silencio, entre gritos. Con risas, entre
carcajadas. Entre las sábanas, sobre la mesa de billar de un viejo
bar, contra la pared de aquel olvidado motel de carretera... Somos
uno... Cuando le alejo de su Castidad, tentándolo con mi propia
Castidad impuesta, que no le permitiría rozarme más...
- Hija... No debes preocuparte... Ya
sabes lo que dice nuestro Evangelio... “Quién esté Libre de
Pecado, que tire la Primera Piedra...”
- Lo sé, Padre... Pero... Me
pregunto... ¿Cuántas más Piedras quedan por tirar? Porque sé que
seguiré pecando con SUS pecados...
- Los Caminos de Nuestro Señor son
Inescrutables, Hija... ¿Quienes somos para oponernos a sus
designios?
- Lo sé... Pero... También he
pecado por Omisión...
- ¿A qué te refieres, Hija?
- Padre... He omitido mi Nombre.
Desde el Principio de esta Confesión, pues, cuando os lo revelé,
no atendisteis a razones, ni escuchasteis, entre mis gemidos y
vuestros jadeos, cómo el Infierno os acogía entre sus Fieles...
- ¿Quién eres, Hija?
- Padre Mateo... No soy su más disciplinada feligresa. Soy Lilith. Su Amante. Su Reina
del Inframundo. Para toda la Eternidad.
Nota: Relato para el CONCURSO DE RELATOS ERÓTICOS, "FANTASÍAS TEXTUALES", de "EL CÍRCULO DE ESCRITORES".
Ohhhh gran final para un gran relato repleto de sensualidad. Me has sorprendido. Genial guapa. Un bbesillo.
ResponderEliminarOvación de pie!!! Me encantó. Que sensual y perverso. Mira que tenías tu lado lujurioso. XD. Paso a compartirlo con todo el mundanal mundo. Besotes.
ResponderEliminarOvación de pie!!! Me encantó. Que sensual y perverso. Mira que tenías tu lado lujurioso. XD. Paso a compartirlo con todo el mundanal mundo. Besotes.
ResponderEliminarBuena erótica de lo prohibido, que no hace más que prender las llamas de infierno.
ResponderEliminarUn abrazo!
Buena erótica de lo prohibido, que no hace más que prender las llamas de infierno.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Brutalmente brutalísimo! De principio a fin. Por su erotismo, los puntos sobre los que se sustenta (Pensamiento, Palabra, Obra y Omisión) y su inesperado y alucinante desenlace. Bien urdido, genialmente ejecutado. Una maravilla.
ResponderEliminar¡Abrazo Feroz, Hermanuela! ;)
Muy bueno campanilla…muy sacramental. Firme candidata a galardón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno.
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarAlucinante. Y no sólo por el hecho de leer tus letras sobre un fondo negro, con lo que ello implica, sino por todo lo demás: el ritmo que le imprimes al relato, tu magnífica prosa, tu perfecto dominio del lenguaje, tu magistral manera de "dibujar" imágenes en la mente del lector a través de las letras, en fin, mi enhorabuena querida Campanilla. Un relato magnífico. : ) Un beso, chiquilla.
ResponderEliminar¡Ummmm! Amor pecaminoso, tentación en bandeja para el célibe personaje.
ResponderEliminarYo no aguantaría seguro...El pecado carnal es poderoso.
Estupendo relato.
Original hasta ese final inesperado. Excelente, Campanilla.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Muy sensual relato. Manejas muy bien la información, desvelando lo justo en cada párrafo.
ResponderEliminarQue bueno! Qué bien contada la historia, como fluyen las palabras! Y el desenlace final genial. Cura guarrote jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno Amazona-Letrada
Un relato magnífico, Campanilla!! Has mezclado el tema erótico con el misterio, con el terror, con el más allá. Y el resultado ha sido espectacular, una historia que tiempla la sangre primero y te pone el vello de punta después.
ResponderEliminarMuy, muy, muy bueno :)
Un abrazote gigante de martes, guapita!!
Nada más morboso que el pecado.
ResponderEliminarGenial, Campanilla
Abrazos :)
Genial, Campanilla, me has dejado sin palabras. Un besito
ResponderEliminarImpactante, como un pecado mortal. ¡Te felicito!
ResponderEliminargenial relato!!! me encanto.. Ese pecado mortal tan mortal sin duda..
ResponderEliminarPadre he pecado.. genial y perfectísimo relato, de principio a fin!
ResponderEliminarMe has llevado a ese confesionario, he tragado saliva con el pobre padre, y ese final con la promesa de la eternidad del pecado.
¡Chapó!
Un abrazo ^^
Mi preferido!!
ResponderEliminarMe encantó. Esta seducción de la palabra y el escucha, este juego de lo prohibido, este final. Con muy buen ritmo!
BUENISIMO!!
Felicidades Campanilla! :)
¡Qué bonito es el pecado! Perfecto, Campanilla! ¡Me ha chiflado!¡ Un abrazote!
ResponderEliminarMuy bien contado Campanilla, haces que fluya el relato con una aparente facilidad y al final sorprendes.
ResponderEliminarExcelente uso de las palabras y como las dosificas explicando lo justo y necesario.
.
Un saludo
Muy ingenioso y creativo.
ResponderEliminarPreciosa prosa poética.
Me encantó.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Estupendos diálogos, Campanilla. Excelente relato con un gran final.
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