Siempre me ha
gustado esa cita de “El que busca la Verdad, corre el Riesgo de Encontrarla” y
Yo… Bueno… ¿Qué puedo decir? Soy una Gran corredora de Riesgos y, por tanto, de
las que, en primer lugar, busca la Verdad y luego ya, cuando la encuentra, se
plantea como gestionarla.
Hoy no está
siendo un Domingo cualquiera. Nop. Está siendo un Domingo Extraño y, siendo
Sincera, esta Rareza de Día hace juego con mi propio Desconcierto… Porque me
siento Desordenada, como si me hubieran metido dentro del tambor de una
Lavadora y hubiesen puesto un Centrifugado a Velocidad Extrema.
He intentado
hacer lo que siempre hago cuando no me aguanto a Mí Misma; Cuando no sé qué es
mejor, si rogar Abrazos caídos del Cielo o, por el contrario, tirarle Piedras a
las Nubes hasta que se resquebrajen en Algodón Sin Azúcar; Cuando no sé si
deseo sentir los Latidos de mi Corazón o arrancármelo del Pecho y fabricar una
Granada de Mano que haga explotar el Mundo…
Y… ¿Qué es lo de
Siempre?
Caminar… Caminar
como si tuviera Alas en los Pies, como si no hubiera Calles y Montes lo
suficientemente extensos para cada uno de mis Pasos… Caminar buscando las
Respuestas a Preguntas que no me hago, ignorando las Respuestas de las
Cuestiones que sí que me formulo… Caminar esperando una Señal, una Chispa de
Magia, un “no-se-qué” que le dé Sentido a un Día Extraño… Un Día que no es
Tontis, pero que tampoco es Oscuro… Pero, entonces, me siento bastante Idiota…
Sé que no hay Señales, ni Chispas, ni “no-se-qué” que vayan a cambiar la
Naturaleza Incierta de este Domingo.
Caminar como si
tuviera Alas… ¡Ja! ¡Alas! Caminar como si tuviera Alas, aunque más que Suaves Plumas,
las Alas de Hoy las han debido de fabricar los Enanos de las Montañas, porque
parecen hechas de Acero Ultra-Pesado.
Y tengo ganas de
Gritar. Muy Alto. Muy Fuerte. Hasta que la Voz se me retuerza dentro de la
Garganta y solo quede el Silencio… También tengo ganas de Silencio. De no oír
Nada. Y mucho menos mis Pensamientos. A esos… Debería ponerles una Mordaza y
mandarlos al Rincón de Pensar, para que no piensen en Todo lo que están
pensando.
Pero caminar NO
ha funcionado.
Eso me preocupa. Porque, de haberlo hecho, no tendría la Sensación de
que un Puñado de Duendes Hiperactivos se están paseando libremente por mi
Interior, desajustándome por completo
Así que escribo…
Y siento que, a pesar de ser las 20:44, tengo Sueño…
SUEÑO
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Un
largo Suspiro se hizo fuerte entre la Pared de su Alma y la Cara Oculta del
Corazón, rozando todo Aquello que Era. Todo Aquello que No sabía si Era. Poco a
poco, se fue deshaciendo en cosquillas y, cuando estuvo preparado para escapar
hacia el Infinito, huyó de sus Labios.
Soñaba. Eso era cierto.
Soñaba. Eso era cierto.
Y
sentía. Y pensaba.
Sentía
y pensaba en Tinta De Colores, dejando Letras desperdigadas por las Hojas de un
Diario que, en verdad, poco tenía de Diario, pues las Palabras nacían en el
Papel de manera desordenada, sin atender a ninguna lógica. Sin embargo, allí
estaban. Escritas. Todas ellas. En páginas salteadas, sin Principio, sin Fin.
Era
incapaz de recordar cómo el Cuadernito, forrado con las Estrellas del Universo,
había llegado una Tarde de Junio a su Mochila. Tenía la Extraña Sensación de
que había estado allí desde Siempre, aunque eso no tuviese mucho sentido. Como
tampoco lo tenía que, su Nombre, se hubiese transformado en una Constelación en
la Portada. Ni, por supuesto, lo que encontró en su Interior.
Y, la
verdad, es que seguía sin tenerlo.
Era un
Diario Rebelde. Desordenado. Descansaba sobre la superficie de su escritorio,
abierto por dónde le venía en gana, con sus Sentimientos y Pensamientos garabateados
en Colorines y acompañados por dibujitos y anotaciones. Y, lo más Curioso, lo
más Extraño, lo más Mágico, era que Todo Aquello sucedía mientras estaba en el
Instituto, lejos de sus Páginas. Cuando estaba fuera de Casa, viviendo y
creando.
Era un
Diario Caótico. Sí. Pero estaba conectada con sus Hojas. Y las Letras nacían de
su Interior. Del Interior de Ambos.
Era
incapaz de recordar cómo el Cuadernito, forrado con las Estrellas del Universo,
había llegado una Tarde de Junio a su Mochila. Era incapaz de recordar, pero
tampoco necesitaba hacerlo.
No era
una Diario cualquiera.
Era un
Diario Mágico.
Su
Diario.
Un fin de semana intenso puede producir un gran caos el domingo. Hola, Campanilla!! Te mando un beso enorme y espero que encuentres el orden en el desorden. Recuerda que cuando nadie es capaz de encontrar nada entre las cosas propias, uno sabe exactamente donde están :)
ResponderEliminar¡Ana Lía! ;)
EliminarAins... Pues sí... Ha sido un Fin De Semana muy intenso, con un montón de Emociones correteando por mi Interior y haciendo de las suyas... Pero bueno, siempre tendré a las Letras para que me echen una manica y así poder poner Orden a todos mis Desórdenes... Además, son de estos Desórdenes de los que se alimentan las Musas y las Inspiración... Y, por supuesto, los Diarios Mágicos...
¡Mil Asias por tus Palabras, Guapi!! *-*
¡¡Un Gran Puñado de Besos pa ti!!
Pues si, cuando no hay nada que hacer para ordenar la mente ahí tenemos a nuestra escritura, esa que nos da todo lo que buscamos, la paz en nuestra cabeza, en nuestras ideas. A veces andar como las cabras no nos despeja, solo escribir, aunqeu sea de manera desordenada, hace que nuestra mente se ordene.
ResponderEliminarUn besillo guapa.
¡Sep! Esa Mente... Esa Mente Loca que nos puede volver más Locos aún... A veces, para bien... A veces, para no tan bien... Y nos desordena y nos ordena a su antojo, sin contar con Nosotros Mismos... Aunque, también es cierto que esos Desordenes son necesarios, para poder encontrarnos, donde ni siquiera sabíamos que nos podíamos encontrar...
EliminarAins... Que divago y se me van las Pinzas y las Tuercas por donde no deben... #SeSabe
Pero sí, ESCRIBIR siempre ayuda, ya sea para Ordenar o Desordenar, pero ayudar... ¡¡Ayuda!! ¡¡Y muuuchooo!! *-*
¡¡Muchos Besitineeees!! ^w^