Solía tener Recuerdos de otra Vida, como si miles de
pequeñas piezas de un puzzle se uniesen en su Mente, dibujando Escenas que
debieron pertenecerle en algún momento. Cuando aquello sucedía, extendía sus
delgados y delicados brazos, tratando de tocar la superficie de su Memoria con
las puntas de sus dedos. Sin embargo, lo único que lograba rozar era el
terciopelo azul zafiro de su ataúd. El único lecho que acogía los Sueños de un
Espectro condenado a ser un Guardián De Cementerio.
Escalofriante y claistrofóbico.
ResponderEliminarUn besillo.
Un micro tenebroso y poéticamente construido. Una pequeña delicia de terror elegante.
ResponderEliminar¡Abrazo, Hermanuela Letril! ;)
Mi Campanilla Feroz y su sutil forma de helarnos la sangre. Besos hada loca.
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