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Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2020

Gamma

Era doloroso. Brutalmente doloroso. Apenas duraba cinco segundos y, sin embargo, la sensación de desgarro era inhumana. La respiración moría entre dos vidas, provocando que, el paso de Humano a Licántropo, fuese rápido. A veces, incluso demasiado.  Todos y cada uno de los huesos se deformaban para, posteriormente, quebrarse en diminutas astillas. Astillas que, una a una, volvían a unirse y solidificarse, modificando el esqueleto humano. La caja torácica se expandía para dejarle hueco a unos pulmones más grandes, más potentes, más enérgicos. El corazón quintuplicaba su bombeo y sus latidos retumbaban, como tambores en guerra, contra un pecho de puro músculo fibroso. La piel se cubría de un pelaje espeso, que solía variar de tonalidad en función de la estación del año en la que se encontrasen . La mandíbula se volvía prominente, lobuna, y los dientes se retorcían, hasta configurar una dentadura peligrosa, de depredador sin escrúpulos. Letal a más no poder. Las piernas, arqueadas, termina

¡Y punto!

Querida Yo: Te mereces un Amor Valiente. Y punto.

Y Si Te Da Miedo... ¡Hazlo Con Miedo!

He vuelto a Navegar por las Entradas que dieron Origen a este Blog. He vuelto a leerme… Y, lo reconozco, me ha dolido. Me ha dolido recordar que estaba Rota. Deshecha. Destruida. Que solo era Carne. Y hueso. Que era un Desierto Oscuro.  Me ha dolido ver lo que me hicieron. Lo que permití que me hicieran.  Nunca he querido olvidarlo. Porque, sin todo ese Tsunami, no sería quién soy hoy.  He vuelto a las Noches Sin Dormir. A dejar de Comer. A los "¡Qué guapa y que delgada estás!" . A lo jodidamente horrible que me sentía por dentro.  He vuelto al Hospital. A aquella duermevela de luces parpadeantes en el techo, en la que sentí Paz por primera vez en meses.  He vuelto a Recordar que me quedé sin Corazón. Que el Cerebro hizo su función. Y que, con el paso del tiempo, fue mi Pulmón Izquierdo el que tomó el Mando, hasta que pude Reconstruir de nuevo mi Corazón.  ¡Cuánto Pánico había en ese Corazón lleno de Tiritas de Colores y Cicatrices! Sin querer, las Conversaciones tan Especial

¿Y si tu Último Beso hubiera sido tu Último Beso?

Y si… ¿Y si tu Último Beso hubiera sido tu Último Beso?  Tu Último Beso de verdad. El Último que hubieras podido dar. Ni uno más. Ni uno menos.  Y no. No escribo sobre un Beso Maternal. Ni de un Beso de Amistad. No. No me refiero a ese Tipo de Besos.  Me refiero a esos Besos que te provocan Fuego detrás del ombligo. De esos Besos Tímidos que se transforman en Tormenta Tropical en un Pestañeo. De esos Besos… De esos Besos que te anestesian las Neuronas. Que paralizan el Tiempo entre Dos Bocas Hambrientas de más y más y más Besos… De Lenguas que se enredan y se desenredan. De Muerdos Camuflados en Besos Salvajes.  Esos Besos.  Así que… ¿Y si tu Último Beso hubiera sido tu Último Beso?  No sé… Este Apocalipsis Vírico me hace reflexionar mucho sobre el Amor. Y sobre los Besos.  Y si… ¿Y si nunca pudieras volver a Besar? ¿A sentir un Terremoto entre los Labios? ¿Qué harías? ¿Aprenderías a Vivir sin esa Sensación de Vuelo Infinito? ¿Te arriesgarías por un Último(s)  Beso(s) más?  Todas las M

Beta

Cinco sonrisas dibujadas en cinco rostros adolescentes. Sonrisas de orgullo y satisfacción. De primera vez. De haber alcanzado el éxito.  Álvaro también sonrió al contemplarse a sí mismo con su acné conquistando la piel de su frente, sus recién estrenados músculos y la camiseta fluorescente de "Team Wolf" que les había regalado el viejo Zakk.  La fotografía había perdido color y, en su superficie, se apreciaban pequeñas grietas, como si, las cicatrices de aquel grupo, se hubieran grabado también sobre el papel.  El intrépido Jared. La indomable Bell. La dulce Nanik. El perezoso Gael. Y él.  Allí estaban todos. Divertidos y agotados, tras una semana de lo más excitante y peligrosa. De barro y lluvia, de enfados idiotas, senderos perdidos y ciervos crudos. Donde los cadáveres de otros tres humanos les acompañaban en la imagen, tres cazadores de licántropos que no volverían a usar sus balas de plata contra ninguna manada.  Retratados desde hacía más de diez años, esa fotografía

Alpha

- Un hombre nunca se enamoraría de un desastre sin remedio… De un caos desordenado… - La espuma de cerveza formó un gracioso bigotillo sobre el labio superior de Bell. Como si fuera una bailarina, extendió su brazo derecho con delicadeza y, a continuación, agitó la lata de cerveza. De puntillas, sus pies se movieron despacio, hasta completar una circunferencia sobre sí misma. - ¡De una friki en potencia!  - ¡Un hombre se enamoraría de una mujer aunque esté como una cabra! - Bajo el amparo de aquella danza en honor al Dios Baco, una media sonrisa se asomó a los labios de R con disimulo mal disimulado. Sin embargo, solo fue una diminuta fracción de segundo. Un instante después, como si hubiera sido descubierto con la guardia baja, la seriedad regresó al rostro del pelirrojo. - Ese tobillo todavía no está curado del todo… ¡Deberías dejar de girar como una peonza! Un largo bufido infantil se escapó de la garganta de Bell. Sus ojos color avellana se estamparon contra el azul de los ojos que