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Járnsaxa


“Nunca me dio Miedo no existir. No formar parte de Nada, salvo de la Espuma de Mar que me hacía Tatuajes en la Piel siendo una cría. Me daba igual ser una Leyenda, un Ser Mitológico o un Cuento de Andersen.

Todo. Absolutamente todo parecía diluirse cuando, sobre las escamas tornasoladas en púrpura de mi cola de pez, los rayos del sol danzaban hasta morir en miles de colores distintos. No existían preocupaciones en esos instantes. Lejos, muy lejos, parecían quedar aquellos Horribles Siglos de Caza de Sirenas. De Pócimas Milagrosas fabricadas con nuestra Sangre. De Filtros de Amor elaborados con el Corazón Zafiro de una de los Nuestras… Todo… Todo desaparecía.

Porque Yo estaba Allí. Donde quería estar. Entre el Frío y el Cielo, sumergida en mi Mar. No… No existía preocupación que pudiese competir con esa maravillosa sensación de Libertad que me recorría la espina dorsal. Los Miedos se convertían en Esperanzas cuando las Luces del Norte me regalaban su Magia.

Éramos las Descendientes de Egir. Ese eslabón perdido entre los Dioses Marinos Escandinavos y los Hombres. El Último Recuerdo de las Sagas Nórdicas que sobrevivió a todos y cada uno de sus Héroes.

Éramos… ¡¡Éramos!! ¡¡Éramos!! ¿No os dais cuenta? ¡¡Éramos!! Éramos tantas… Tantas, tantas, tantas… ¡¡Tantas!! Tantas que… ¡¡Qué algunos Hombres aún juraban que podían escuchar nuestras Voces flotar entre las Auroras Boreales!! Tantas… Tantas que… ¡¡Qué algunos Hombres aún fantaseaban con nuestra Presencia durante sus solitarias noches de navegación!! Tantas… Éramos tantas… Y ya no superamos la decena…

No… Nunca me dio Miedo no existir. No formar parte de Nada. Nunca me importó no alcanzar la Inmortalidad, si, a cambio, podía seguir siendo quién era. Poder seguir siendo… Sin embargo, ahora, que mi Cintura se ve rodeada por cientos de flotadores con forma de botella, por deshechos que han destruido las Costas de mi Hogar… ¿Quién soy? ¡¡Eh!! ¿Quién soy? Soy la Última de un Clan Desterrado. Obligada a liderar a sus Supervivientes. ¿Eso es lo que soy? ¿Una Especie en Peligro de Extinción?

¡¡No!! ¡¡No!!

¡¡Siento la imperiosa necesidad de alzar a mi Pueblo contra los Humanos!! ¡¡De presentar Batalla!! ¡¡De hacer rugir a un Océano hambriento de Venganza!!
¿No os dais cuenta? ¡¡Somos Poderosas!! ¡¡Somos Sirenas!! ¡¡Hijas del Mar y los Ríos!! ¡¡Unidas podremos vencer a aquellos que se creen Dueños y Señores de este Mundo!! ¡¡De Nuestro Mundo!!

El Reino de Terror de la Sirena ha comenzado… ¡¡Qué tiemble el Enemigo!!”

Así habló Járnsaxa, “Armada con Espada de Hielo” significaba su Nombre.

Sus Palabras, teñidas de Dolor y Odio, hicieron temblar al Consejo del Hipocampo. Reunidas, bajo los antiguos pilares de la ciudad perdida de la Atlántida, las principales Representantes de cada uno de los Clanes de Sirenas, respiraron aliviadas. Por fin, una Voz Valiente se había alzado entre los murmullos que susurraban Guerra, murmullos que, por temor a ser silenciados por las más precavidas, no habían terminado de explotar.

A pesar de los Siglos de Caza, de haber caído en el Olvido de la Humanidad, de ser solo un Mal Recordatorio de Tiempos en los que se creía en lo Imposible, ninguna de las allí presentes deseaba realmente enfrentarse a los Seres Humanos. Pero, ante aquella Destrucción a la que estaban sometiendo a Todos los Habitantes del Planeta, no encontraron otra solución. Descartado había quedado ya el parlamento con sus Líderes de Dos Patas, pues era bien sabido que, ante lo Desconocido, los Hombres no aprendían, sino que diseccionaban y estudiaban antes, para, posteriormente, preguntar.

Hundirían sus buques, pesqueros y veleros. Instarían a sus Depredadores Marinos a cercenar y desmembrar a cualquier Humano que osase poner un solo pie en sus Dominios. Lanzarían a las Olas más feroces contra los continentes, hasta obligarles a huir a las Montañas. Llorarían hasta hacer subir el Nivel del Mar y, con sus llantos, ahogar las Lágrimas que provocarían.

No habría Paz. No habría Descanso. No habría Piedad.

Solo habría Guerra. Destrucción. Muerte.

Desde aquel Día… Desde aquel Día ya ha pasado tanto Tiempo…

*****************

¿Por qué me cuentas todo esto?

- ¿Por qué? No lo entiendes, ¿verdad?

- No.

- Porque amas el Mar como Yo. Llevo meses observándote. Cada atardecer, te arriesgas con tu tabla, cruzas el azul y te subes a las crestas de las olas. Te sientes Libre. Me gusta mirarte. Disfruto haciéndolo. Y es así como debería haber sido siempre.

- Entonces… Deja que me vaya, por favor…

- No puedo hacerlo… ¡Ya lo sabes! No puedo… Lo siento… Tengo que llevarte conmigo al fondo del océano... Solo quería que supieras que… Solo quería que entendieras por qué estoy luchando… Por qué estamos luchando…

- Si vas a matarme, al menos, dime quién eres…

- Yo… Yo soy Járnsaxa, la Última Sirena del Clan Egir. 








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