Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2017

La Hilandera Del Destino

Todavía recuerdo aquella Historia...  Podía ver cómo el Hilo zigzagueaba bajo la mesa de aquella vieja taberna, sorteando los pies de los clientes. Tímida, la hebra escarlata rozaba el extremo del que había sido cercenada y, a su vez, la otra Punta lo acariciaba miedosa, temiendo no encajar. Sus Dueños se miraban de reojo, buscándose sin buscar, pues, en el fondo, no eran más que Dos Desconocidos que se habían cruzado sin querer.  Al amanecer, sumergidos aún en el Mundo de los Sueños y sin saberlo, Ambos extendieron sus brazos sobre el colchón. El Hilo, engarzado en sus respectivas muñecas, huyó de la Protección del Edredón y, veloz, recorrió las calles empedradas para poder encontrarse con su Extremo y anudarse en un Precioso Lazo. ¿Qué como sé que ocurrió?  Porque... Porque Yo soy su Hilandera. Porque soy la Hilandera del Hilo del Destino, que se teje Gota a Gota, con la Sangre derramada por los Corazones Rotos. Con Suavidad. Con mimo. Es Delicado y Frágil. Y, a la vez, Irrompib

La Sombra De Taranis

Diminutos gusanos disfrutaban de un gran festín de carne muerta y putrefacta, anclada sobre los cadáveres mutilados que decoraban el Bosque. Robles y castaños habían sido arrancados de cuajo, como si de dientes infantiles a punto de caer se tratasen, y, con su madera, habían fabricado gruesas estacas decorativas con las que sostener los cuerpos. Era más que evidente que, el Autor de aquel Escenario de Terror, había sido Lord Tepes y su extraordinario y macabro arte para empalar. - ¡Mierda! – Alzó la antorcha, dejando que el Fuego que batallaba con la creciente Oscuridad, le mostrara lo que no quería encontrar. Aguantó la respiración, ignorando por completo los nervios que se le enredaban en el estómago y que, ansiaban por encima de todo, convertirse en un Mal Presagio. - ¿Dónde estás? ¡Joder! ¿Dónde? Uno a uno, los Rostros fueron desfilando ante la Mirada Ambarina de Skarly , contándole una Vieja Historia que, por desgracia, ya había escrito su Final. Allí estaban casi Todos…

¡Híncame El Diente!

- Sé que te gustaría morderme la Lengua… - Lascivamente, posó el botellín de cerveza sobre sus labios teñidos de púrpura y, tentadora a más no poder, fijó su mirada bicolor en las pupilas de su Interlocutor. Sin embargo, no bebió ni un solo trago. – Sí… Sé que te gustaría morderme la Lengua. Arrancarme la ropa. Y… ¡Buah! Eso sí que no me lo esperaba… ¡Yeah!  Amparada por los acordes de “StillBorn” de Black Label Society , Inka sonrió con chulería infantil, deteniendo el Mundo del Motero que la observaba con descaro. Con pasos de Delicada Bailarina, se posicionó frente a Él, dejando olvidada la cerveza sobre la barra. Altiva, Divertida y Sensual, sus dedos, como salvajes correcaminos, descendieron sobre la superficie rugosa de una chupa de cuero negro que no le pertenecía. Y, cuando llegaron a la altura de una hebilla de cinturón cerrada, tiraron con fuerza, hasta que ambas caderas entrechocaron en un Beso, por encima de una ropa que comenzaba a estorbar. -  ¿Sabes? Me gus

Apenas Te Conozco...

“ Míranos,  d iciéndonos Adiós a casi nada.  Apenas te conozco,  pero sangra la parte del Abrazo que no doy…”  Letra a Letra, las Sílabas se fueron escribiendo sobre su Piel, dejando tras de sí un Reguero de Pensamientos que no querían ser pensados y que, sin embargo, encontraban cobijo en la Melodía de una Canción que no le pertenecía. Allí estaban, refunfuñando bajo una Seguridad Innata que amenazaba con deshacerse.  “No quiero que te lleves del todo mi Garganta.  Permíteme bailar Solo la Danza  de los que bailan Solos por Amor…” Hipnotizadas, las Palabras alzaron su Voz y, sin Miedo, se unieron al Baile. De puntillas. En Pie de Guerra. Hasta lograr acunar el Corazón con tanto Mimo y Ternura, que llegó a creer que se estaba convirtiendo en Oso de Peluche Polar. No podía permitírselo.   “Te dejé un Papel Mojado,  Carta en el Después,  de la Mesa que Ayer nos sirvió de Cama…” Incapaz de soportar aquella Aguda Sensación que le presionaba el pecho,

Yo Contaría Ovejas Por Ti...

- ¡No dejes de Soñar con Él! - Le gritó la Bruja - Porque, si lo haces... ¡Morirá! Entonces, Ella viajó hasta las Ruinas del Castillo de la Bella Durmiente. Buscó y rebuscó la Rueca Maldita. Y, cuando la encontró, oculta tras un potro de tortura, se pinchó en el Corazón. Suave, sin dolor, su cuerpo se desplomó sobre un Lecho de Ovejitas de Algodón. Y, mientras las contaba de una en una, Morfeo llegó. El Dios Onírico, Amante de la Bruja, en el Maleficio participó y, para ase gurarse que no despartase, una Dosis extra de Dormidina le administró. Ella no regresó jamás, pues la Bruja mandó a sus Gigantes a velar su Sueño hasta el Final. Y, colorín, colorado... Él nunca supo quién lo había salvado. - ¿De verdad no lo supo nunca? - Preguntó entristecida una Voz Infantil - ¿Así se acaba el Cuento? - Bueno... - Sonrió la Joven con dulzura - Umm... Se podría decir que así acabó el Cuento... O eso creyó la Bruja... Lo cierto es que Él compró un Antídoto contra el Sue

Besos De Mariposa

- Besos de  Mariposa para revivir Corazones Muertos… - Susurró la Reina de los Espectros – Zumo de Moras Ácidas para que vuelvan a Latir… PD: Me fascinan las Mariposas. Puedo pasarme largos minutos observando cómo bailan unas con otras… Cómo te rodean y juegan al “corre que te pillo”… Cómo parece que la Eternidad dibuja sus Alas… Efímeras y Mágicas, conocedoras de los Secretos Del Bosque… Me fascinan, por lo que me apasiona fotografiarlas. Las hay que son muy Tímidas y huyen. Sin embargo, hay otras que quieren ser Inmortales. PD2: El Sábado, mientras paseaba con mi Peludo por el Bosque, recordé el “Beso de Mariposa” que recibí en mi Último Día en Irlanda… Ya, ya lo sé… En realidad, no fue un Beso. Solo se chocó conmigo. Pero… Tras ello, escuché a un Cuervo graznar. Y, después, cuando nos sentamos a hacer un pequeño descanso y las gaviotas hacían cabriolas sobre el Mar, abrí un Caramelo y me encontré con Dos… ¡Tonterías! ¿Verdad? Sí, lo sé… Son Tontería

El Guía Del Desfiladero

“Raúl… ¿Es necesario llevar bastones?” ”Raúl… ¿Vamos a parar mañana para comprar pan?” “Raúl… ¡Qué cena más mala! Y el Hotel… ¡Ni te cuento!” “Raúl… ¡El Mundo se va al carajo! ¡Yo quiero un Apocalipsis Zombie!” “Raúl… ¡A mí lo que me interesa es la turba!” “Raúl… ¿Los McDonald`s también son de Irlanda?” “Raúl… ¿Qué es eso?” “Raúl…” “¡¡Raúl!!” “¿Raúl?”  “Raaaaaaaúl” “¡¡Raaaaaúl!!” “¿Raaaaúl?” Chillonas, las voces surgieron de algún recuerdo perdido de la marcha senderista de aquel día, quebrando el Silencio que reinaba en su habitación del hotel. Atraída por las preguntas, una corriente eléctrica ascendió por su espina dorsal y, al llegar a la altura de los omóplatos, explotó bruscamente. Rabiosas, unas garras invisibles se clavaron en su espalda y, un segundo después, le desgarraron la carne lentamente, desdibujando las dos cicatrices con forma de hoz que le decoraban la piel. Las vértebras se retorcieron enfurruñadas y, con cada crujido, nuevos